Ser tu propio jefe tiene innumerables ventajas y es, desde luego, la opción soñada por aquellos que aman su trabajo y no tienen miedo a los retos que supone el emprendimiento de proyectos profesionales propios. Ya metidos en faena, una de las preguntas más comunes que se hacen los emprendedores al poner en marcha sus propias ideas es saber cuáles son los mejores espacios de trabajo para desarrollarlas, sobre todo, si eres freelance.
Y es que la elección del lugar que más favorezca tu creatividad y tu productividad influirá enormemente en el resultado de tu proyecto. Encontrar un entorno de trabajo accesible, en el que estés cómodo y te permita sacar lo mejor de ti, es clave para alcanzar el éxito.
Si eres freelance o autónomo, seguro que la primera idea que se te vino a la cabeza es trabajar desde casa. Realmente, es la opción más económica y cercana.
Si tienes un hogar en el que puedas habilitar un espacio de trabajo independiente y completamente adaptado a las necesidades de una oficina tradicional, donde puedas recibir clientes o mantener reuniones, trabajar en casa puede ser viable. Especialmente para profesiones del entorno digital, donde necesitas poco más que un ordenador y conexión a internet.
Sin embargo, si tienes familia, es probable que mantenerlos a todos fuera de tu ‘home office’ sea misión imposible. Además, tener oficina y hogar en el mismo espacio dificulta el establecimiento de horarios y desconectar del trabajo. Si no eres disciplinado, las tareas del hogar se acabarán convirtiendo en una parte más de tu labor profesional.
El coworking, el mejor espacio de trabajo si eres freelance
Para la mayoría de los freelance, alquilar una oficina supone un gasto elevado de mantenimiento, costes de alquiler y facturas de agua, luz, internet… y un largo etcétera.
Por eso, desde que en 2005 surgieran en la ciudad americana de San Francisco los primeros espacios de trabajo compartido, en los que la filosofía de la economía social y colaborativa aporta numerosas ventajas a los emprendedores, el coworking se ha ido convirtiendo en la opción preferida por trabajadores autónomos y freelance.
Esta opción te permite, como trabajador, mantener tu flexibilidad horaria pero compartiendo tu espacio de trabajo con otras personas que tienen inquietudes profesionales similares. Además, el bajo gasto que supone un coworking respecto a una oficina propia, se convierte en una inversión por las opciones de colaboración y emprendimiento que surgen con el resto de coworkers.
Estos profesionales con ideas similares a las tuyas se acaban convirtiendo en compañeros de trabajo, pero con la diferencia de que no compartís el mismo jefe y, así, evitáis acabar intoxicados laboralmente. Las conversaciones serán principalmente de temas externos a tu propio trabajo, lo que supone una válvula de desconexión importante para luego seguir desarrollando tu tarea.
Fuente: La Guarida Creativa
www.laguaridaenalcorcon.es
