Vacaciones

Olvídate de tus piernas y brazos y deja que tu corazón y tu mente vuelen buscando sueños imposibles, también tienes derecho a soñar.

Un día me topé con uno de esas máximas que tanto circulan hoy y que tanta razón suelen tener dependiendo del momento y lugar en que se aplican:

“No te tomes demasiado en serio la vida, porque si de algo puedes estar seguro es que no vas a salir vivo de ella”.

Efectivamente, creo que la vida hay que tomársela en serio pero hasta un punto, porque llegado a ese punto hay que disfrutar de ella.

El gozo debe ser también resultado de nuestro rendimiento. El descanso y el ocio no tienen sentido sin un trabajo previo, pero el trabajo tampoco tiene sentido sin el asueto que merece un esfuerzo.

Todo es una compensación de momentos, un cúmulo de agridulces sabores. Se trata de mezclar bien y correctamente los elementos de nuestra vida, la mezcla bien hecha es el equilibrio que nos ayuda a vivir intensamente. La vida siempre está acompañada de muerte, y es cuando llega esta cuando más valoramos aquella, la vida sin la muerte no tendría sentido, como el trabajo sin el descanso, como la juventud sin la vejez. Todo crece y todo avanza sobre buenos y malos momentos. Para levantar una planta sobre nuestra casa necesariamente tenemos que romper el techo. La innovación y el crecimiento conllevan rupturas, solo se pueden hacer renovando nuestros cimientos.

Y ahora es el momento de disfrutar, de descansar y de saborear ese sentimiento fresco vacacional, de olvidarnos de obligaciones y de horarios encorsetados que nos fuerzan sin contemplación a un día a día no siempre lo agradable que quisiéramos. Es el momento del relax y del descuido, del desenfreno controlado y de compartir con la familia y amigos esas sonrisas y esos chistes regados con la frescura del atardecer o con el sabor tenso de cualquier aventura que nos invita a descargar la adrenalina guardada durante tantas jornadas de cotidianidad y de rutina. Aprovecha para reencuentros o para nuevos conocimientos.

Y a los problemas y preocupaciones, que le den …, no te preocupes, esos seguro que volverán. Olvídate de tus piernas y brazos, desparrámalos sin contemplación alguna y deja que tu corazón y tu mente vuelen buscando sueños imposibles, también tienes derecho a soñar.

¡Felices vacaciones!

 

Jesús Navarro Sánchez
DIRECTOR GERENTE

Comparte:

Ir al contenido